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Las escuchas telefónicas revelaron que un hombre recibía los pedidos de sus clientes y llevaba la sustancia a domicilio a bordo de una moto. En juicio abreviado, los tres implicados acordaron penas entre 5 y 3 años de prisión.

 

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Según se desprende de las escuchas telefónicas que constan en los expedientes, la venta de droga que organizaban tres personas en la ciudad de Victoria parecía un servicio a disposición del cliente:

– Haceme un 150 ruso para no quedarme corto.

– Oka en 15.

Como estas conversaciones entre uno de los acusados y desconocidos, hay un montón en el expediente que se investigó en el Juzgado Federal de Paraná, por iniciativa de la Policía local. En un juicio abreviado, acordaron penas de prisión efectiva.

El 20 de abril de 2016, desde la fuerza se comenzó a investigar la comercialización de estupefacientes por parte de Mario R., bajo la modalidad de delivery. Hubo tareas de vigilancia, tomas fotográficas y registros fílmicos, cuyos resultados motivaron las escuchas telefónicas.

Como resultado de la pesquisa, se comprobó que Mario R., su entonces pareja Jésica L. y Emanuel M., integraban un grupo organizado dedicado a la venta habitual de cocaína, tomando los pedidos de los clientes y llevando a cabo las entregas en una moto.

El 28 de octubre de 2016, se dispusieron los allanamientos en dos viviendas (de la pareja y de M.). En la primera hallaron en varios envoltorios, unos 61 gramos de la sustancia que vendían. En la segunda, había más de dos kilos de cocaína, separado en dos envoltorios envueltos con globos de piñata, y también casi 23.000 pesos.

En las escuchas telefónicas no solo se revelaron las breves conversaciones entre Mario R. y la clientela, sino también entre éste y su entonces pareja, donde evidentemente se habían tomado en serio la pantalla del delivery:

– ¡Pa!!

– ¿Qué hacés mamaya? (…) Sí, bueno, yo recién salgo, me fui a lo del viejo E., estuve un ratito ahí y ahora me voy a hacer la última entrega de pizzas y voy para allá.

Las pruebas eran contundentes, por lo cual los tres imputados decidieron ir a un juicio abreviado. Acordaron con la Fiscalía distintas penas: Emanuel M., cinco años y dos meses de prisión y multa de 10.000 pesos); Mario R., cuatro años y ocho meses de cárcel y multa de 8.000 mil pesos, y Jésica L., tres años de prisión de ejecución condicional y multa de 1.000 pesos.

La jueza del Tribunal Oral Federal de Paraná, Lilia Carnero, analizó las pruebas del expediente y decidió homologar el acuerdo entre las partes. Además, la magistrada valoró: «Ciertamente que en esta trama, R. y M. dirigían el curso de los sucesos delictivos, según el plan que ellos personalmente habían elaborado, y L. era una colaboradora en el acondicionamiento de las dosis, para lo cual utilizaban sus domicilios para el fraccionamiento y almacenamiento, y la moto secuestrada para el posterior reparto. (…) Es que, el plan de guardar material prohibido y demás elementos para el fraccionamiento son evidencias que sólo admiten una única connotación, que llevan a aseverar que los imputados dispusieron aportes voluntarios en la etapa ejecutiva del delito. Definitivamente los tres realizaron voluntariamente actos materiales que pusieron en peligro el bien jurídico protegido, salud pública».

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