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La joven vivió varios años en Crespo hasta que su madre adoptiva la envió a Buenos Aires con una amiga de su abuela. La mujer con la que vivía, fue imputada por el delito de «reducción a la servidumbre». 

Una entrerriana de 16 años es intensamente buscada en Buenos Aires. Se trata de Martina Farías, que se fue de su casa en Lanús, y no regresó. La misma fue vista por última vez el 3 de junio. Ese día escapó de su casa y fue a pedir ayuda a los vecinos. Estaba visiblemente golpeada.

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Aseguran que su cuidadora, Beatriz Irene López, la sometía a realizar las labores domésticas del hogar, donde también vivía su hijo: un soldado voluntario con severos problemas de adicción. No era solo tareas domésticas, precisamente. Eran golpizas sistemáticas, salir a la fuerza a vender sándwiches de milanesa con el coronavirus en el aire, según describe el diario Infobae.

La mujer, que recién denunció la desaparición de la joven dos días después, fue aprehendida el domingo 14 de junio luego de un allanamiento de la Policía Bonaerense en su domicilio ubicado en la calle Bolivia al 1400.

Durante su arresto, la fiscal Mariela Bonafine ordenó realizar excavaciones en el patio trasero de la casa. No encontraron nada.

Finalmente, el martes 16 al mediodía, López prestó declaración ante la fiscal. Aseveran que la mujer «fue esquiva y poco clara». En su relato apuntó contra la joven alegando que se había escapado anteriormente en dos oportunidades «porque no aguanta el encierro».

De acuerdo con los testimonios de testigos, vecinos y de la propia adolescente, López «maltrataba, golpeaba y explotaba como a una sirvienta a Farías. Además la obligaba a vender la mercadería que ella producía, como sándwiches de miga o de milanesa», contaron fuentes de la investigación. Por tal motivo, la fiscal Bonafine decidió imputarla por el delito de «reducción a la servidumbre» que prevé, según el artículo 140 del Código Penal, entre 3 a 15 años de prisión.

Su paso por Crespo

Nancy (19), Alejandra y Martina fueron adoptadas por una mujer -una médica ginecóloga Verónica Farías, quienes junto a su abuela, (ya fallecida) vivieron varios años en Crespo y donde la médica desarrollaba sus tareas como profesional de la medicina. Tras una serie de conflictos familiares, la madre adoptiva las echó de su casa a Alejandra y Nancy. Ambas hermanas quedaron viviendo en Entre Ríos, y Martina con una amiga de su abuela en la localidad bonaerense de Lanús.

«Nuestra madre adoptiva nos echó, primero me echó a mí a los 17 años, después la echó a mi otra hermana que la tengo yo a cargo y a Martina directamente la mandó a Buenos Aires con una amiga de mi abuela, pero quien la tiene es la hermana de esta señora», detalló, Alejandra.

Alejandra no tiene noticias de su hermana ya hace «cinco años» porque «nunca pudo comunicarse» con ella. «Porque las personas que la tenían a Martina no la dejaban, es más, yo ni siquiera conozco a la señora. Ahora con todo esto de la desaparición, recién me dijeron donde vivía mi hermana, en la calle Bolivia al 1400″, contó.

La joven que hoy continúa desaparecida no tenía celular, ni redes sociales y sus hermanas intentan comunicarse con quien está a cargo de ella mediante Facebook. «Nunca nos contestaba», señaló.

Por eso la búsqueda es desesperada. «Lo único que nos dijeron es que salió a la tarde y no volvió más. Por eso si se entera que sus hermanas la están buscando, ahí capaz sí se va a animar a ir a la Policía o algo, yo no sé qué pensar pero también pienso que por algo se fue. Algo le hacían», opinó.
El escape
En los videos de las cámaras del Municipio de Lanús, se puede ver cómo Martina salió corriendo de su domicilio el miércoles 3 de junio a las 17 horas, y fue a pedir ayuda a lo de un vecino que vivía a dos cuadras. Al verla llena de moretones, el hombre se ofreció a acompañarla a la comisaría para que realizara una denuncia. No, porque me va a matar», le contestó la joven en referencia a su cuidadora.

Lamentablemente, eso es lo último que se sabe de Martina que, por el momento, todavía sigue desaparecida. «El problema es que ese día hubo un apagón generalizado en la zona y, por lo tanto, no quedaron registros de ninguna índole», explicaron a Infobae desde el Municipio.

Hay una versión que da una pista, un kiosquero cerca de una estación de tren de Moreno que dice haberla visto.

La historia de la «cuidadora»

¿Cómo llega una adolescente de 16 años a quedar bajo el cuidado de una mujer supuestamente inescrupulosa y abusiva como Beatriz Irene López?. La historia familiar de Martina Farías es compleja. Nacida en Entre Ríos, Martina y sus cuatro hermanas fueron separadas para ser adoptadas. Tres de ellas quedaron bajo la tutela de Verónica Farías, una médica especialista en ginecología y obstetricia que, afectivamente, jamás se habría hecho cargo de ellas.

«A las chicas las cuidaba la abuela Norma, es decir, la mamá de Verónica», explicaron. Cuando la mujer falleció, hace aproximadamente cuatro años, Farías «repartió» a sus hijas. A la mayor la mandó a un internado; a la del medio se la llevó a vivir a Pinamar; y a la más chica, Martina, se la dio a una amiga de su mamá llamada Margarita. Pero la mujer no soportó la convivencia con la nena («Decía que era rebelde y que tenía problemas psicológicos») y se la entregó a su hermana Beatriz, su «cuidadora».

Si bien la adopción de Martina y sus hermanas se realizó de manera legal, lo que no es legal es la guarda y, por tal motivo, Verónica Farías (la madre adoptiva que viajó el martes 16 desde Pinamar) se presentará a brindar testimonial junto a su abogado. «Farías sabía perfectamente con quien vivía su hija porque todos los meses él enviaba dinero a López para que le pagara la cuota de la escuela», dijeron fuentes de la investigación acerca del Colegio del Sur, al que asistía la adolescente.

En un reportaje que dio a un canal de televisión, Verónica Farías sostuvo que Martina estaba viviendo en la casa de la hermana de la madrina -su madrina sería Margarita y la hermana de la madrina sería Beatriz Irene López- y deslizó que la adolescente iba a una escuela especial, donde había avanzado mucho con todas sus «cuestiones particulares».

«Si bien es cierto que Martina padece una discapacidad (de acuerdo con un certificado emitido en 2012, la joven presenta un trastorno negativista y desafiante y además tiene una dislexia que se inició a los 6 años) el colegio al que va no es una escuela especial. Es un colegio privado inclusivo», agregaron allegados a la causa.

Por lo pronto, habrá que esperar el testimonio de Farías. Mientras tanto, Martina sigue desaparecida.

Sus familiares llevan adelante una campaña en redes sociales para que cualquiera que pueda ayudar a dar con la adolescente se comunique al 132; 4241-1000 o 4357-5100 interno 60 34 (Niñez de la Municipalidad de Lanús); o al 3435096355 (Alejandra).
SOLNoticias

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