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El local había sido clausurado, pero seguía funcionando con numerosos clientes, según denunciaron llamados anónimos. El hombre aceptó condena de cuatro años y medio de prisión por Trata.

Hace casi ocho años, llamados anónimos habían advertido a la Policía de Nogoyá que un prostíbulo que hacía poco había sido clausurado continuaba funcionando activamente con varias mujeres explotadas allí y un intenso movimiento de clientes de la localidad. Por esto se abrió una investigación que terminó con el procesamiento de R.D.L. por el delito de Trata. En los últimos días la causa llegó a juicio, donde el imputado acordó la condena de cuatro años y medio de prisión, con un procedimiento abreviado.

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Según se reseñó en la sentencia, el 9 de junio de 2013 un oficial de la Policía local dio cuenta a la Justicia provincial de que, a partir de llamados anónimos recibidos en la Jefatura Departamental Nogoyá se tomó conocimiento de que en el local de calle Diamante y Juan José Paso, donde funcionara una whiskería denominada El Padrino, que había sido clausurada cinco meses antes por la División Trata de Personas, dos personas que antes trabajaban allí cumplirían funciones de “alternadoras”, alquilando para ello habitaciones en una propiedad lindera a la mencionada, con ingreso sobre calle Diamante, y allí atendían por la noche a clientes conocidos.

A partir de esta información se dispuso una serie de tareas investigativas que permitieron constatar que en horas de la madrugada y por calle Diamante se observaba a través de una puerta entreabierta y con iluminación en su interior que en forma periódica ingresaban hombres y que luego de transcurrida aproximadamente una hora se retiraban del lugar.

Ante la sospecha de Trata, se declaró la incompetencia de la Justicia provincial y se hizo cargo de la causa el Juzgado Federal Nº 1 de Paraná. En el expediente se agregó un informe de la División de Trata de la Policía donde se daba cuenta de los movimientos de personas que se registraban y de los horarios en que se producían. Asimismo, se detalló que adentro se encontraban cuatro mujeres que oficiaban de alternadoras, e identificaron a un hombre que llevaba anotaciones sobre consumos de bebidas, intercambios de sexo y recibía el dinero generado por tales actividades.

Con el resultado de estas tareas el Ministerio Público Fiscal solicitó el allanamiento del local, que fue otorgado por el Juzgado. De este modo, el 3 de noviembre de 2013 la Policía irrumpió en el local, donde identificó a R.L.D. y a los “clientes” que estaban en ese momento, publicó Uno.

Se constataron espacios que se utilizaban para “pases”, con numerosos elementos que evidenciaban la actividad ilícita, como pulseras de colores varios. En el lugar personal de la Oficina de Rescate de las víctimas de Trata entrevistó a tres mujeres. Luego, en el informe de las especialistas del organismo nacional se detalló la historia de ellas, con escasos grados de instrucción, con niños a cargo, situaciones laborales muy precarias e ingresadas al circuito de la prostitución y la explotación sexual desde que eran jóvenes o adolescentes.

En la instancia de juicio abreviado, el fiscal general José Ignacio Candioti y la defensora pública oficial Noelia Quiroga presentaron el acuerdo a la jueza del Tribunal Oral Federal de Paraná, Lilia Carnero. En la audiencia, R.D.L., de 42 años, más conocido como Oreja, consintió que se le aplicara la pena de cuatro años y seis meses de prisión por el delito de Trata de personas con fines de explotación sexual en la modalidad de acogimiento. La magistrada homologó el acuerdo en la sentencia publicada la semana pasada.

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