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En el marco de la Semana Santa, los Jóvenes Adventistas denominados “Caleb”, de Libertador San Martín, realizaron una actividad comunitaria que llamó la atención de los vecinos y visitantes: lavaron más de cuarenta autos en un día a cambio de 120 kg de alimentos no perecederos, que serán destinados a los que más necesitan.
Kilos y kilos de alimentos no perecederos se apilaron en los cuatro centros donde llevaron adelante el proyecto “Lavadero solidario”. Un plan que nació en el corazón de los jóvenes Calebs de Libertador, y que impactó fuertemente en la comunidad de manera positiva.
La propuesta era clara: “Trayendo algunos alimentos no perecederos, te lavamos gratis tu auto”. Y así fue. El domingo cuatro de abril, en el cierre de la Semana Santa y luego de una semana de predicaciones, los Caleb pusieron manos a la obra y lavaron más de 40 autos de distintas dimensiones que fueron acercándose durante el día. Los vehículos también recibían una especie de “multa” en el parabrisas, pero con la aclaración de que Dios ya había pagado su deuda.
“Inclusive, mucha gente que vino al Sanatorio Adventista y nos vieron lavando los autos, también se sumaron al proyecto y donaron alimentos. Eran personas que no eran de nuestra comunidad y quedaron muy asombrados por la actividad. La verdad que fue una gran bendición”, destaca Bruno Flores, pastor de jóvenes del distrito y coordinador del proyecto.
El trabajo ordenado por parte de jóvenes y adultos hizo que muchos participaran y prestaran su tiempo para armar los centros de lavado, lavar los vehículos y donar los elementos de limpieza y el agua. “También participaron conquistadores, la hermandad, miembros de la comunidad. Esta actividad suplió ampliamente nuestras expectativas”, señala el líder del proyecto.
Rocío Messaro de 21 años y participante del proyecto destacó la predisposición de los jóvenes de servir al prójimo. Al igual que Efraín Sanguino de 37 años quien señaló que fue un privilegio ser parte de Caleb y servir “con nuestros dones y talentos”. “Nos gustó la actividad porque pudimos ayudar entre todos y ayudar a otras personas” menciona Erica González de 28 años, otra de las participantes del lavadero solidario.
Los alimentos y el dinero recaudado en la actividad se distribuyeron a familias y jóvenes previamente identificados que estaban en necesidad. El pastor Bruno señala que “fue una tarea integral de jóvenes y conquistadores quienes lograron identificar estas necesidades y se pudo colaborar”.
Fuente: Identidad

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